miércoles, 10 de junio de 2015

08/01/15 El discurso del papa

Soñé con una enorme fiesta de prao, tan grande como cupo en mi cabeza. Decía en casa que ya volvería cuando surgiera. Resulta que la fiesta era sobre un lago, en el que habían puesto un montón de plataformas, unas sobre otras, formando diferentes salas con muchas orquestas, actividades y música al gusto de todos. Moviéndome entre unos pisos y otros de aquella macrofiesta me encontraba con muchísima gente, muchísimos amigos y no tan amigos. Al final me hacía un lío con los trenes de vuelta y acababa llegando a casa a las 4 de la tarde del día siguiente. ¿Sería tal vez una premonición para el verano?

De vuelta me ponía a jugar con unos amigos, un niño de unos 10 años que conocíamos allí y su cachorrito actor, un perro estrella, de estos que hacen trucos y salen en las pelis. Cuando todo estaba relativamente normal, lo normal que pueda ser un sueño, llegaban los SWAT a detener al crío y a su perrito.

Los amigos que nos quedábamos allí, preocupados nos poníamos a hablar de lo que había pasado. Entonces llegaba el papa (si, si, el papa, el de la Iglesia) se acercaba a nosotros y nos mandaba callar:
"A ver a ver, valió, ya. Esta juventud, estáis huecos, empantallados, hablemos de algo real, haced un círculo, cerrad los ojos. ¿Qué os ofende del amor?" Así que como si precisamente el papa hablando del Amor fuera lo mas normal del mundo comenzábamos a discutir:
-Me ofende que no siempre sea correspondido
-Me ofende que se acabe
Uno de los chavales del grupo me chupa la oreja, yo le gritaba:
-Eso me ofende!!!
+A mi lo que me ofende es que no siempre tengamos el valor de lanzarnos por amor cuando hace falta

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