martes, 2 de diciembre de 2014

Octubre, Insectos

Durante un par de semanas, hace un mes tuve pesadillas recurrentes con insectos. Es algo que nunca me había pasado, tener sueños recurrentes. Aunque estos no eran exactamente iguales entre sí, siempre envolvían dos cosas: enormes bichos asquerosos y mi cama. Y tengo que reconocerlo, desde entonces tengo más asco (y más miedo, sí) a los insectos. Yo nunca había sido así o al menos no de forma tan exagerada. 

Una vez un nido de arañas gigantescas aparecía a los pies de mi cama. Otra vez eran escorpiones. Pero en el último que tuve, que fue el peor de todos, había...

Acabábamos de ganar un partido de voleibol. Yo me hacía amiga de una chica del equipo rival y conocía a su extraño padre. Más tarde descubría el Instagram de este hombre. Era siniestro, lleno de bichos en tarros, imágenes con mucho zoom, solitarias y gusanos por todas partes, repugnante.

Hacía una fiesta en mi habitación a la que invitaba a mi nueva amiga y a ambos equipos del partido. De repente llegaba el padre de esta chica, con una mirada desquiciada en los ojos buscando a la entrenadora, quería "vengarse". Yo le decía que no se encontraba allí, que podía volver más tarde. "No hace falta" contestaba riéndose. Entonces se acercaba a mi cama. Sacaba de su espalda un tarro en el que contenía algo que estaba introduciendo por debajo de mi almohada. Le preguntaba con horror qué era aquello, qué estaba haciendo, aunque en realidad yo ya lo sabía.

Levantaba mi almohada de golpe y allí encontraba siete enormes solitarias (o gusanos, no controlo el tema) Eran gordas, grises, viscosas. Se retorcían torpemente y se deslizaban apartándose del lugar donde las habían dejado. Grité y me desperté sudando. 

Mi primer impulso fue encender la luz apartar la almohada y registrar mi cama, asegurarme de que no había nada de lo que me había asustado en sueños. Intentaba volver a dormir pero cada vez que lo hacía me volvía a la cabeza la última escena del sueño del que acababa de escapar, y como una niña pequeña, tenía que volver a revisar la cama y convencerme a mi misma de que los monstruos estaban solamente en mi cabeza, hasta calmarme y por fin volver a quedarme dormida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario