lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Orionauta?

Ayer tuve un sueño lúcido, es decir fui consciente de que soñaba. No sólo eso, controlé el sueño. 

Recuerdo que compraba una tabla de surf, enorme y blanca. Me alejaba del sueño que estaba teniendo antes y me iba a la playa. Era un día nublado, con una luz preciosa, esa que se ve a veces después de las tormentas, como si se pudiera ver el aire y éste fuera dorado. Me echaba al mar y comenzaba a remar, subida en la tabla. Llevaba un bañador rojo. Era como el momento perfecto, el presente de uno de esos poemas de Guillén.

Me mantuve en ese trance idílico por unos instantes y entonces me desperté. Estaba muy relajada, muy tranquila. Me encantó aquello y no es la primera vez que me pasa, lo hacía de pequeña de vez en cuando así que, tal vez pueda volver a ser capaz de hacerlo habitualmente. Poco a poco, ¿quizás?

Todo está concentrado
Por siglos de raíz
Dentro de este minuto
Eterno para mí.
Playa de San Lorenzo, Gijón

Y sobre los instantes
Que pasan de continuo
Voy salvando el presente, 
Eternidad en vilo.


Corre la sangre, corre 
Con fatal avidez. 
A ciegas acumulo 
Destino : quiero ser.
Ser, nada más. Y basta, 
Es la absoluta dicha. 
¡Con la esencia en silencio 
Tanto se identifica!
Extracto del poema Más Alla de Jorge Guillén

Es la primera vez en diez años que tengo un sueño lúcido y dice una amiga que podía haberlo hecho más molón. Por favor no me presionéis ;)

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