Yo no dejo de madrugar. De responder ante un despertador o ante una madre furiosa. Así que mis sueños siempre quedan partidos. Casi nunca los puedo terminar de forma natural. Me gustaría escribirlos más, contarlos por aquí y sentir que llegan a alguien. Pero no siempre es tan fácil. A veces son un conglomerado de escenas que no tiene sentido relatar, si no que prefiero contar hablando a mis amigos. O simplemente la gracia está en situaciones que ocurren con personas concretas. Entonces, ¿qué os digo? No tiene sentido explicar una situación que viene de 5 años de relación para 5 minutos de sueño.
Otras veces es que los quiero guardar para mi (͡° ͜ʖ ͡°)
Pero a la gente en general (maldita gente) le dan igual los sueños, no le dan importancia, no los cuentan. O simplemente no los recuerdan. Son tiempos difíciles, sí. Son tiempos difíciles para quienes quieren cambiar el mundo y para quienes queremos vivir en el onírico.
"Son tiempos difíciles para los soñadores" Como decían en Amelie. Pero, aquí estamos para quién nos quiera entender.
A ver si estas vacaciones me dan algo tranquilo en qué pensar y puedo volver a registrar lo que sueño que al final es el objetivo del blog o dejar por aquí alguna otra cosilla.
Felices Sueños
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